Pese a un 2022 con 35 bajas entre las comercializadoras, este año ya se registraron 12 altas e importantes cambios en el mercado que configuran un futuro positivo con nuevos actores.
“El contexto sugiere que podremos terminar el año con en torno a las 30 comercializadoras nuevas”, manifiesta Fernando Alfonso Bermejo, trading de mercados de energía en Vita Energy.
En diálogo con Energía Estratégica España, el ejecutivo explica que a diferencia del año pasado, cuando los mercados eran inciertos con la guerra, y precios de la energía en alza (donde el Pool llegó a superar los 500 €/MWh) ahora las empresas se ven unmás favorecidas en la comercialización de energía.
“El chaparrón ahora parece que ha pasado un poco, se ve un pool más o menos estable entre los 70 y 80 €/MWh y esto favorece a que nuevas empresas se lancen a la aventura de comercializar”, afirma el asesor de comercializadoras.
Asimismo, dado que la instalación de nueva potencia renovable en España ha sido de rápida penetración, hoy el mercado marginalista cuenta con muchas horas de valor 0 €/MWh (con vertidos que rondan 5 y 8 GW de energía por excedente de producción), por lo que comprar y luego vender se torna más favorable.
El año pasado, Alfonso no sólo advertía el cierre de varias comercializadoras sino la concentración: grandes empresas que compraban a bajo precio compañías que estaban en una situación financiera compleja.
Ahora la situación es otra. Este nuevo escenario se presenta muy positivo para el desarrollo del sector, con lo cual surgen comercializadoras pymes, no sólo grandes.
Otro modelo de negocio
Con el boom de las comunidades energéticas y el autoconsumo, Alfonso cuenta que empieza a darse una tendencia: el instalador de autoconsumo.
Explica que, debido a que el mecanismo de compensación simplificada estipula que solo se puede compensar la parte de energía y nunca va a poder ser un abono, algunas comercializadoras independientes han inventado la “batería virtual”. Es decir, compran la energía sobrante de algún cliente y se la venden a otro que la necesita.
Se trata de un modelo gana-gana, donde el usuario final recibe un reconocimiento en su próxima tarifa eléctrica por ese exceso de energía que toma el comercializador (y que de otro modo hubiera sido perdida), quien, a su vez, se la vende a un consumidor a un precio más bajo de lo que la consigue con su operador de red.
Pese a que esta es una herramienta creada a mediados del 2022, es ahora cuando está teniendo mayor auge porque hay más excedentes, resalta el referente de Vita Energy y destaca que este tipo de actores son quienes impulsan la innovación en el sector.
Según datos de UNEF, el despegue del segmento a nivel residencial, comercial e industrial, significó un total de 2.507 MW de nueva potencia en 2022 (108% más que en 2021). Y, según previsiones de especialistas del mercado, se espera que para este 2023 el cierre sea similar al del año pasado.
Los principales retos para las comercializadoras: ¿cuándo se lanzarán las subastas inframarginales?
Un tema que no es nuevo pero continúa generando preocupación en los mercados es la sequía, dado que la generación hidráulica marca el precio de muchas horas del día en el pool.
“Mientras no haya un mayor desarrollo de tecnologías de almacenamiento a gran escala, va a haber mucha volatilidad, vamos a tener muchos ceros y vamos a tener muchas horas muy caras”, remarca Alfonso.
No obstante, considera que, aunque haya proyectos beta de baterías a pequeña escala, a los grandes proyectos aún le faltan años de regulación e incentivos para que la situación actual cambie.
Por otro lado, otra de las observaciones que realiza Bermejo refiere a la necesidad de que se lleven a cabo finalmente las subastas inframarginales de energía que deberían haber tenido lugar antes de finales de 2021.
Estas, obligarían a que los grupos verticalmente integrados pusieran cierta energía a disposición del resto de agentes y garantizarían la libre competencia del mercado.
Días atrás, las comercializadoras independientes reclamaron al Gobierno nuevamente que se cumpla con el Real Decreto del 2021 ya que estas subastas «supondría equilibrar la balanza en cuanto al acceso a costes de producción”.